jueves, 4 de julio de 2013

Entre labios



Imagen tomada de Google


"Mientras pienso en tus labios entreabiertos, mis manos libres escriben palabras sobre tu pecho y me sumerjo en el recuerdo…líneas que trazan una historia. Algo que Roberto nunca imagino hacer mas hoy descubre su verdadero talento tras la ausencia de Fernanda."

         Roberto joven ejecutivo al frente de un negocio prospero de propiedades, Fernanda su mujer decoradora y creadora de todos sus ambientes, los dos hacían una herramienta perfecta, una fusión entre gestión empresarial de Roberto y la creatividad del diseño de ella.

         La pareja perfecta, dividiendo su tiempo entre la empresa y la vida social, que por cierto era muy intensa porque de eso dependían sus negocios, trabajólicos totales, se han dedicado tanto al trabajo que se olvidaron de los hijos, llenos de adrenalina constantemente que nunca supieron donde empezaba la familia y donde terminaba el trabajo, envueltos entre viajes, compromisos laborales nunca sintieron que estaban ausentes de sus propias vidas, porque de alguna u otra manera siempre estaban estrechamente conectados, los roles de cada uno estaban muy bien definidos.

      Hoy Roberto sentado en su escritorio se cuestiona cada capítulo de su vida con  Fernanda, en un respiro profundo reflexiona... si  no hubiera sido tan estructurado… si tan solo por un momento me hubiese dejado llevar por ese gramo de locura de Fernanda. -Se toma la cabeza con sus manos,  siente que el dolor traspasa sus barreras.
Si bien es cierto en los años de casado nunca hubo jerarquía porque su relación siempre se basó en el respeto, donde eran socios compañeros, iguales; ninguno de los dos adquiría más protagonismo que el otro, pero la extrovertida Fernanda con su jovialidad, con sus riesgos, con su espontaneidad  siempre  solía destacar.

     La vida se encarga de dar oportunidades pensaba Roberto, aún ensimismado en su oficina, oportunidades que pasan por delante y no la sabemos aprovechar, ¿vale la pena el riesgo? Se preguntaba…

      Las cosas suceden, hay que hacer que ocurran, no puedes esperar debes actuar siempre decía Fernanda.- Roberto en cambio siempre preciso, poniendo limites, su principal objetivo era triunfar en los negocios y ser reconocido por su éxito profesional, su mundo era pequeño, inyectado las 24 horas del día en su producto, todo giraba en torno a lo que él llamaba su necesidad.

       La llegada de Exequiel fue algo inesperado, un hombre de artes, no muy ligado a los negocios, solo los que le daba su veta de artista, lo que casualmente lo llevo a una reunión social que marcaría su vida para siempre.
 Con una copa en la mano y apreciando la exposición de ambientes conoce a Fernanda que precisamente estaba dando una charla explicativa de estos. La vio y desde ese momento ella se transformó en su sueño, no lo pensó dos veces y como todo artista, loco soñador agarro sus maletas literalmente y se vino a la ciudad, sin pensar incursiono en este mundo inmobiliario solo por estar cerca de Fernanda, rápidamente se instaló y surgió la conectividad con la empresa de Roberto, el desafío para Exequiel lejos estaba de ser el proyecto inmobiliario...iba más allá era otro el propósito, su objetivo Fernanda.

    Suelen decir que los artistas poseen un dejo de locura y es allí a la hora de compartir con ella que Exequiel desplego toda su sensibilidad, su estilo, su identidad. Era ineludible la conquista de esa mujer por lo tanto se mostró muy interesado en el producto, al extremo de cambiar su vida distendida, por la responsabilidad de este complejo proyecto. Exequiel como buen artista aplico todo su conocimiento en los espacios, en los colores y la comodidad que debían tener las propiedades basados en sus gustos personales, Fernanda  que amaba  las texturas, el color de los ambientes, evidentemente quedo cautivada por la pasión que puso aquel hombre que acababa de llegar a sus vidas . Roberto no le pareció nada extraño esa afinidad espontanea de su mujer con este nuevo compañero de trabajo, para él era lo más habitual del mundo ya que Fernanda se dejaba querer muy luego.

                       Fernanda sentía una emoción muy grande cada mañana cuando aparecía Exequiel, se sentía muy bien, incluso era posible sentir ese cosquilleo en su estómago varias veces al día estando junto a él, sin embargo Fernanda se cuestionaba esa sensación pero a la vez era lo que esperaba, lo deseaba, sentía que no era dañino más bien se transformaba en una motivación para su vida cargada de responsabilidad.

                       Llena de sentimientos encontrados sentía que en cualquier momento perdía el control, lo que significaba que si esa sensación de libertad, de respirar, de ser autentica  que experimentaba al lado de Exequiel se hacía reiterativa sufriría y al mismo tiempo terminaría acabando con la vida de Roberto y ella.

-la vida está llena de sorpresas- decía Fernanda para sus adentros

Cuando ella creía que lo tenía todo, su casa, su esposo, una vida sin aprensiones económicas, profesionalmente una mujer exitosa y completa según ellos a excepción de los hijos, pero ese no era tema porque era una decisión de ambos en su matrimonio, por lo tanto nada que reprochar. Aparece Exequiel este hombre lleno de contradicciones que solo coincidía con ella por la sensibilidad adquirida en lo que hacían, viene a revolucionar todas sus hormonas…se sentía frágil, insegura ante su presencia, sentía que ya no podía mirarle a sus ojos debía concentrarse volverse fría calculadora, detener ese sentimiento rápidamente, sabía que bastaba un solo paso para dar rienda suelta a sus instintos, Exequiel la observa desde el escritorio…

-Fernanda estas de ánimo para la entrevista de los Ferrada?- Con voz firme y segura avanzando por el pasillo pregunta Roberto…

Ajena a lo que acontecía en la oficina divagando en su fantasía Fernanda no contesta...

-Fernanda cariño me escuchas?- Vuelve a preguntar Roberto con un dejo de molestia y con un gesto en sus manos le pide explicación a Exequiel, ella aún no reacciona.
-Ha sido una jornada extenuante!- Exclama Exequiel – déjame a mí, y se levanta de su escritorio avanza hacia Fernanda con los papeles de la entrevista en la mano y le susurra a través del oído.

-Hoy entregaremos los terrenos a los Ferrada  !!, -te sientes bien?-con voz aguda, envolvente sutil.

Fernanda alza la mirada hacia Exequiel como si obedeciera solo a su llamado...                   -he hecho esto antes no te preocupes ¡ -le responde, evita seguir mirándole, sin ni siquiera molestarse a observar a Roberto que frunciendo el ceño y balbuceando entre dientes ha vuelto a su oficina. 
Hoy es un día de aquellos en que la tensión se ha tomado el escenario de trabajo.. Roberto que no pierde el tiempo en filosofar, no se detiene en pensar en detalles, para él los negocios son una oportunidad factible, enfocado cien por ciento a los resultados y a la productividad no advierte lo peligroso del ambiente.

-Estas lista Fernanda? Reclama Exequiel – llegaremos tarde.

-No me tardo dame dos segundos¡- replica Fernanda, camina hacia la oficina de Roberto ultiman ciertos detalles, Fernanda antes de despedirse le mira con ternura ...

-¡Todo perfecto!-dice Roberto y mueve su mano como diciendo algo más.

-Todo perfecto.- responde Fernanda, no olvides que te amo balbucea, dejando un escrito en el escritorio con un gesto de niña traviesa esperando respuesta pero nada, Roberto sigue en lo de él.

            Exequiel ya en la camioneta espera en forma impaciente a esta cautivante mujer  que olvidaba su cartera y volvió por ella.
 Ha comenzado el viaje a los terrenos baldíos en  las afueras de la ciudad,  donde los esperan los Ferradas. Ha comenzado la aventura piensa para sus adentros … Exequiel que ya ha comenzado a conducir, ha decidido tomar la ruta más corta pero complicada con el solo fin de aprovechar el tiempo que le sobraría para dedicárselo a  Fernanda.

             Un viaje lleno de expectativas para Exequiel y sus intenciones, Fernanda sabía desde muy temprano que ese día marcaría su vida. Rápida y decididamente, comenzó la aventura sin el más mínimo resentimiento o arrepentimiento, sabía que aquel día volvía a significar de alguna manera su libertad, necesitaba huir de aquel juicio, de aquella inquisición, en la que llevaba inmersa demasiado tiempo. La rutina, las estrictas normas de Roberto y ciertos sucesos desafortunados habían marchitado y complicado la convivencia este último tiempo, la situación se había vuelto muy incómoda.

              El trayecto lo comenzaron en silencio, avanzaron rápidamente dejando las áreas residenciales de la ciudad y ya comenzaba el camino a campo abierto, en cuanto salen  a la  carretera. 

-¡Mentira! ¡Pero ya he recorrido 30km!- Exequiel exclama.


-¡¡Ni tú mismo te crees la marca!! - le comenta Fernanda que iba concentrada en llevar toda la documentación en regla,

-Exequiel sonríe-…y respira profundamente, el paisaje era esplendido, una mañana totalmente veraniega, la suave brisa del viento que entraba por el ventanal aliviaba el calor de la cabina, Fernanda se aflojo el pañuelo que llevaba en el cuello contemplando aquel prado extenso que veía por primera vez, Exequiel desvía ligeramente la mirada hacia Fer. Y observa la silueta de la única mujer que lo había vuelto loco, su cara era totalmente natural, no usaba maquillaje, hoy llevaba unos vaqueros sencillos y una camisa blanca, el calor hacia que su ropa se pegara a su cuerpo y eso la mantenía incomoda.

-¿Qué ocurre? ¿Va todo bien?- le pregunta Fernanda, Exequiel avergonzado le cambia el color de la cara.

-No solo un poco cansado, pero ya no queda mucho-. Aquel hombre despeinado se concentra en el volante, respira y llena sus pulmones de un aroma silvestre dispersando las ideas que pasearon por su cabeza en un instante, tras adentrarse en la carretera se vislumbra una pista de tierra  que se adentra en la espesura de un bosque, a través de él se accede a las tierras de interés por los Ferrada. Se aprecia una carretera estrecha, con árboles y vegetación frondosa  a ambos lados, la música de Mariah  Carey resuena en el interior del vehículo, la frondosidad de la vegetación, confiere al paisaje un tono de cuento, como en aquellos relatos que el niño se pierde en el bosque capturado por las hadas encantadas. Exequiel conduce despacio, pendiente de la carretera, ya se encuentran muy cerca, pronto podrán amarrar el contrato de venta y luego disfrutar con Fernanda en un lugar, planifica en su mente Exequiel mientras el paisaje se repite delante de él, la carretera cada vez más estrecha, las hojas de los arboles comienzan a caer sobre el cristal, Fernanda tararea bajito la melodía de Mariah y no despeja los ojos de la ruta, la música inunda el ambiente y Exequiel disfruta de la alegría de Fernanda.

            Habían pasado más de un mes y esta era la primera vez que Exequiel y Fernanda se encontraban a solas por tantas horas.
Fernanda  con las mariposas en el estómago cuando uno siente emoción sigue pegada en el paisaje exterior para no delatarse, después de algunos obstáculos logran salir de ese camino tan frondoso y llegan al sitio indicado, un contrastante espacio casi inhóspito en comparación con el camino que acababan de dejar. Se bajaron de la camioneta y esta bella mujer se sintió aliviada al ver la presencia de Los Ferrada que ya estaban en el lugar. Se sonrieron y se saludaron con un fuerte abrazo.
 Lorenzo Ferrada y Sra. eran personas encantadoras y eso hizo disminuir la tensión que venía trayendo por estar  a solas con Exequiel.

-Aquí están los planos y los papeles en regla, Lorenzo-comenta Exequiel. Lorenzo revisa rápidamente y mira a su alrededor.

-Tengo grandes planes para este terreno-confío plenamente en sus manos.

-Esto será un magnifico proyecto-. Replica Lorenzo.

-No lo dudes, no te defraudaremos-, balbucea Fernanda tomando del brazo a Lorenzo en un gesto de cariño.

     Ya concretada la venta in situ, Los Ferrada se despiden y comienzan su retorno, todo fue muy rápido y expedito por lo tanto  se podían tomar unas horas para alguna actividad extra pensó Exequiel.

Nuevamente se encontraban solos, llego el momento de irse. Exequiel se adelanta y le abre la puerta de la camioneta, en un intento por esquivarse Fernanda vuelve la cara y quedan frente a frente.

-¿Estás de acuerdo en que la química es impresionante?,- le dijo en voz baja mirándola fijamente y ella asintió cerrando los ojos, sin reaccionar... sintió que la boca de Exequiel se apodero de la de ella y no pudo más que dejarse llevar y responderle con la misma intensidad  que el demostraba, en un beso largo, húmedo, apasionado se dijeron todo lo que estaban sintiendo. Él se quedó mirándola y le dijo - ¿no sabes las ganas que tenia de darte un beso?- ella simplemente acarició su mejilla.

-Esperé todo este tiempo-. Los dos amantes son envueltos en una atmósfera de sensualidad y sexualidad mutua, un sentimiento y un deseo maravilloso y completo que los convertía en uno. 
Fernanda era tan frágil y regalona, el tipo de mujer que un hombre anhela instintivamente acariciar y proteger entre sus brazos, tenía un cuerpo menudo, bellamente conformado que las manos de Exequiel sudaban y anhelaban tocar esas regiones de intimidad, donde las mujeres  desean ser tocadas, sentía la respiración de Fernanda muy agitada, no podía ser más que un sueño, aquello se repetía en la cabeza de Fer, no queriendo admitir lo que estaba viviendo, por un momento intento apartarse pero Exequiel la apretó hacia el dejando sentir su miembro excitado justo sobre ella. La boca de Exequiel se posó en sus labios para acallar sus palabras, la abrazo con fuerza acariciándola entre sus piernas
, -¡tócame!- le balbucea Exequiel en el oído. Ella ya sentía que desfallecía de deseo y jadeaba con su pulso muy acelerado, Exequiel tenía un extraño efecto que la hipnotizaba. Con Roberto nunca había sentido así, ese incontrolable deseo sexual que le provocaba este hombre,  en sus brazos descubriría placeres que la llevarían al éxtasis total. Exequiel la tomo entre sus brazos y la acomodo en el asiento trasero, Fernanda ya no podía respirar, el simple roce de sus manos tenían su cuerpo mojado, sus pechos endurecidos parecían que se salían ya de su camisa blanca, al mismo tiempo que su cuerpo se contorsionaba lujurioso.

 Ya nublada su mente y con el solo pensamiento de sentir, solo esperaba entre sus piernas ese miembro delicioso, atraparlo entre sus paredes para sentir la más emocionante de las sensaciones, Exequiel se toma su tiempo y a pesar de la excitación contempla su delicada lencería que la saborea con su labios, con delicadeza acaba de retirar toda su ropa quedando expuesta totalmente a ese hombre, que le entregaría hasta su alma, la mirada de Exequiel envolvente, penetrante, la desquiciaba de placer, lentamente le beso sus pechos encendidos como el fuego y bajo despacio hasta su miel, Fernanda quería estallar, quiso tocarle ella su miembro, pero él la retuvo con un gesto de sus manos.


-Quédate quieta bebe…- le dijo susurrando, la besó despacio entre sus labios carnosos de su sexo...en  su lengua había una perfecta conexión, mientras Fernanda arqueaba todo su cuerpo sintiendo placer, le hundió sus dedos en su  sexo ya mojados por tanta excitación, Fernanda humedecía sus labios, y acariciaba sus pechos sin poder evitar suplicarle a gritos a ese hombre que solo quería sentir su miembro en sus cavidades,  solo quería ser  penetrada, ya con una lujuria incontrolable Exequiel apretado dentro de ella... envolvente en su cremosidad, penetrándola cada vez más profundo, estrujándola, llevándola cada vez más al éxtasis exploto su semen y derramo su leche en todo su cuerpo, en ese tesoro que lo enloqueció, ella se había entregado sin reservas, sin reparos completamente a él, ese hombre la había llevado a ese mundo secreto de sensaciones de su piel, aun Fernanda ya extasiada con su orgasmo, gemía entrecortada, sus latidos entrecortados, se intensificaron cuando otra vez este hombre, bajo a su sexo y aspiro sus fluidos con su pecaminosa boca llegando hasta sus terminaciones nerviosas sintiendo la liberación de otro orgasmo, estallando en lágrimas... solo de placer.

           Él era su pecado, era su perdición, ya calmados y abrasados, aun sentían el calor entre sus piernas.

-¡¡Deberías temerme!!-. Son las primeras palabras que salen de la boca de Exequiel. Ella tomó aire, conocía esa sonrisa casi malévola, que se desprendía de su boca. Fernanda sonríe temerosa deleitándose con la exclusividad de saber que nadie más que él tendría su cuerpo, ni descubriría  sus secretos como lo hizo él.

           Es hora retornar a la ciudad comenta Exequiel mientras cubre a Fernanda con cada una de sus prendas en forma delicada y sutil, el tiempo ha transcurrido raudamente, y se apresuran a partir, de pronto, Exequiel se detiene antes de empezar a conducir, observa fijamente a Fernanda y le dice:

-tus labios entreabiertos me provocan amarte y eso me duele-. Una frase que se esparce en el aire de ese terreno casi sin vegetación. Fernanda sorprendida, silenciosa se estremece, parece respetar esas palabras colgadas al viento.

Exequiel balbucea nuevamente -¡¡Esto fue más que sexo, más que pasión Fer!!

-Quisiera poder corresponderte y quererte de una manera rotunda-tragó saliva-. ¡Pero tú sabes que debemos dejarlo así!- Con un djo de triztesa comenta Fernanada.

          Sin mucho que agregar, Exequiel se apresura a conducir. Un silencio profundo se apodera del ambiente. Se podrían decir mil palabras, sobre este especial suceso, pero ninguno se atreve, porque ninguno tiene la intención, de provocar algo que rompa ese momento mágico lleno de sensibilidad, sensualidad y placer que  ha cambiado desde hoy sus vidas.
El pasado que los espera en la ciudad no parece ya importar mucho, el clima afectivo que se vive en estos momento hace posible perpetuar ese sentimiento definitivo, sin pronunciar palabras Fernanda  se recostó al lado de su brazo, y le dedico la mejor de sus sonrisas como en agradecimiento por lo vivido.

Solo quedan tres horas para llegar y Exequiel desea que el tiempo se detenga, han tomado la ruta oficial y el terraplén de la izquierda de la carretera va ganando metros a medida que el vehículo avanza, ha comenzado a caer una llovizna y Exequiel a conectado el limpiaparabrisas, mientras silva una melodía de Adele, otra cantante favorita de Fernanda. La llovizna se hace muy intensa y el parabrisas se bloquea, la melodía  de Adele (Make you feel my love) llega a sus compases más marcados, por momentos Exequiel deja de tener visión de la carretera, la lluvia parece tapar totalmente el cristal delantero, Fernanda se desespera, el vehículo comienza a patinar, Exequiel aferrado al volante intenta maniobrar pero la camioneta vuela sobre el suelo de la carretera. Después de varias vueltas en el aire, la camioneta termina en el suelo, la música Adele inunda el camino, en el que la camioneta de ambos amantes, deformados y mal heridos yace boca abajo.

           La música desborda la soledad del paisaje, un vehículo pasa despacio por la carretera poco transitada, el sonido estridente de la música sorprende  a sus ocupantes, se detienen y enseguida localizan el vehículo accidentado, el golpe parece mortal. Bruscamente ha cesado la música de Adele y el silencio se apodera del lugar, un silencio descarnado, el mundo de estos amantes, sus proyectos se han detenido en este silencio ensordecedor…

           Los ocupantes del vehículo detenido avanzan hacia el siniestro, a medida que se acercan ven que algo se agita entre los fierros de la camioneta accidentada, en medio de ese paisaje tan desolador, aparece una mano de mujer por la ventanilla se mueve, hace gestos. Cuando por fin llegan donde se encuentran los dos cuerpos un escalofrió recorrió a los otros ocupantes del vehículo detenido,  sin pensarlo dos veces uno de ellos se cruza en medio de la carretera con una linterna en la mano, un tercer vehículo se aproxima ,  le hacen señas, pero pasa a gran velocidad, pasaron dos o tres minutos, y el mismo auto que había pasado de largo, volvía en dirección inversa, paro junto a los otros pasajeros del auto anterior, se bajó alterado dirigiendo sus pasos hacia el accidente, sus ojos brillaron de dolor, mientras caminaba desfallecía y su rostro se hacía más blanco, sus ojos clavados en la ensangrentada mujer,
-¿Aún está viva?-. Su voz casi de ultratumba. El peatón pone su mano en su pecho y se da cuenta que aun late su corazón. Roberto como pudo la tomo entre sus brazos, la llevo sobre su pecho, la sintió como hielo, en el desgarro mas profundo aprieta entre sus dedos el trozo de papel que Fernanda había dejado en su escritorio, que decía...

“Perdóname Roberto, intenta por todos los medios ser feliz.”
Tuya para siempre,
Fernanda.

Apretándola con más fuerza le reclama…. ¿por qué, por qué adiós de esta manera?- Solloza antes de perder la calma-. ¿Por qué?-. La última mirada de Fernanda para decirle:

-Roberto perdóname una vez más...Sentirse inmortal no es vivir de acuerdo a tu perfección,…. La vida es arriesgarse...a morir por un sueño.


LUNA CÓMPLICE
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1 comentario:

  1. querida amiga,,,excelente,,, escribes con una gran sensibilidad y con unas palabras hermosas,,, me gusto mucho,,, felicidades,,, un gran abrazo,,, marissa

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