( Imagen tomada de Google)
El cielo está cubierto de nubes grises y la lluvia dificulta la visión del camino,
las luces alumbran tenue la oscuridad de las avenidas. Los árboles ondeándose serenos y violentos reposan al
costado de la carretera; el reloj de pulsera marca las 18.30 horas y Alfredo
comienza a impacientarse y acelera la
velocidad, suena una última llamada, eso indica
que ha comenzado la reunión,
-Ya no he alcanzado a llegar-Exclama. Se
apodera de el una rabia
incontenible y no observa la angostura del camino donde una mujer se
cruza bajo la lluvia tormentosa. Elena
absorta en el silencio de su tragedia no percibe el inminente peligro de su torpeza, Alfredo ajeno a lo que se
enfrenta, piensa solo en si mismo y lo mucho
que perdería por no acudir al evento planificado desde tanto tiempo. De
pronto un golpe contra la ventanilla de
la puerta lateral lo hace reaccionar, la lluvia golpeaba los cristales como
avisando lo terrible del momento, frena con pie firme y la brusquedad produce el patinaje del auto,
se abalanza hacia afuera como un relámpago, camina hacia el lado
posterior donde yace Elena tendida en un
rincón, sus pasos temblorosos
acrecientan el pánico, se agacha frente a ella. La sintió tan indefensa
, aturdida , aflorando de sus ojos una lagrima tal vez producida por el golpe y
el dolor, preso de miedo Alfredo intenta tomarla pero la torpeza involuntaria de sus manos por lo constante de la lluvia le impedían desenvolverse, súbitamente Elena reacciona con una sonrisa en sus labios y
pregunta:
-¿Qué pasó? -Alfredo que aun no asimilaba nada de lo sucedido, confundido, contesta -lo siento…-, de verdad lo
lamento mucho, que hacemos… te lastime.. oh por Dios! .. Me siento tan
culpable, venia tan absorto en mis cosas y por un segundo me perdí de la vía.
Elena responde media aturdida aún,
-descuida solo fue un topón.-
Las luces iluminaron el rostro de Elena dándole vida… percibiendo su aroma, descubriendo
una tímida mujer tendida en medio de la nada con un grado de culpa compartida,
y una mirada perdida ante esta
embarazosa situación.
Alfredo, aún atónito por lo que
acaba de suceder, despliega su mirada en la belleza exótica de esa mujer, la cubre, con su chaqueta para cobijarla del
frio, la lleva al auto en medio de la llovizna que no para, la tiende y limpia
algunos rasguños que son evidentes. Alfredo un hombre, alto, pelo castaño, ojos
pardos con una mirada fija cuerpo fornido. Resuelto en todos sus temas, no podía evitar
impacientarse por la mirada profunda, labios sensuales y una sonrisa más bien
burlesca de Elena que denotaban mucha seguridad. Al revés de Elena, Alfredo
se sentía expuesto, como si esa mirada
arrolladora lo desarmara, Elena silenciosa y tranquila como si no reprochara nada…
como jugando con la mente de ese hombre, con sus reacciones, ella muy
segura se daba cuenta del efecto que
ejercía en él.
Alfredo nervioso, confundido, no se dio cuenta en que momento comenzó a
desearle, en vano trataba de controlarse para
que ella no adivinara sus pensamientos. No lo hacia bien, ella jugaba,
sonreía, lo instaba solo con su mirada, todo en él lo hacia vulnerable.
-¿Podrás llevarme a casa?-
Pregunta Elena con una voz cálida pero solida.
Qué poder de persuasión en esa
voz ..la muy! Piensa para sus adentros
Alfredo. Simultáneamente a sus palabras Elena
le toma la mano a Alfredo en
forma sutil pero firme, para apoyar sus palabras y darle seguridad, Alfredo
no reaccionaba estaba idiotizado, hipnotizado, digamos cualquier cosa
a esas alturas.
Alfredo acomoda el asiento, y echa andar
el vehículo, sin mas palabras,- ¿Cuál es la ruta? – Las únicas palabras
entrecortadas que puede decir.
-Un par de kilómetros
mas adelante a tu derecha debes doblar
al camino de tierra.-contestó.
Sus manos frente al
volante no le hacían evitar que por el rabillo del ojo recorriera sus líneas y
la mirara con morbo. Conduce lentamente, la lluvia de afuera se ha convertido más
bien en una neblina tranquila que poco a poco se va apoderando del camino, como
si de manera cómplice cooperara con este
paisaje tan seductor. Alfredo siente que el deseo se apodera cada vez más de él,
atrás quedo su molestia por el
compromiso que acababa de faltar, su corazón late cada vez mas a prisa y su
mirada sin poder apartar de ese cuerpo que despierta en el la mas desbordada pasión.
El
camino a la casa de Elena es un continuo flirteo de un sentimiento implícito
mescla de ternura y sensualidad, que le impiden a Alfredo dar riendas sueltas a
sus sensaciones, Elena parecía un símbolo de inocencia, frágil, tímida
semejante a un cristal, tan bella que se podía romper a la mas mínima
brusquedad.. A medida que avanzaba el
camino aumentaba la adrenalina ya quedaba poco menos de 200 metros para llegar
al lugar donde dejaría a esa mujer que tenia a su lado dormida.
Llegaron a una casa solitaria, donde Alfredo
con la mirada recorre los espacios de un solo golpe, percibe un lugar
impregnado de historia, sensaciones, misterios, se huele el aroma a leña. Ella
lo observa atentamente, el
inevitablemente debe ayudarla a bajar del auto, la toma entre sus brazos y la
carga comienza avanzar hacia la puerta de entrada, la tiende en un sillón donde puede
descansar mejor. Alfredo tan cerca puede
sentir la piel de Elena que se pregunta a si mismo, que haría
ella si el la besara en ese momento. Al
fondo una chimenea brindando calor, él se separa de ella al instante para poder
recobrar la tranquilidad, todo lo observaba como asustado por lo imprevisto de la situación, Elena
silenciosa lo acerca a ella tomando su
mano como percibiendo su ansiedad de tenerla y le susurra al oído que para ciertas cosas no existe la
explicación. La piel de Alfredo se
erizo, no sabia que esperar, trato de pensar rápido, todo su cuerpo temblaba
por dentro, ella toco sus labios con sus dedos, los paseo muy suavemente por su
cuello, el cuerpo de aquel hombre no respondía, la seducción de Elena se apodero de su persona, sin mas capturo su
boca reclamándola como suya y se entrego
a la pasión, levanto su falda y metió
sus manos directo a su sexo que estaba muy húmedo por la excitación.
Ella le besa sus labios con una seguridad
desconocida, contrayendo su cuerpo y sus paredes vaginales haciendo preso a
Alfredo donde por arte de magia se quita
el pantalón , allí encima de sus pechos duros
el recorre su cuerpo con sus labios buscando el suave aroma de sus fluidos acaricia su sexo con su lengua y la siente
temblar al sentir su calor, se estremece y deja sentir un gemido contenido que le brinda el placer, ella se acomoda, se
levanta , lo toma con dulzura, aprisionando hacia adentro ,nada queda de dolor
, él va entrando en su sexo , es demasiado intenso … Alfredo musita en su silencio ¡! Como es posible sentir tanto sin desfallecer!, no sabe que
hacer, gritar llorar, se entrega al movimiento ..Ya no importa nada solo el
placer, su manos enredadas en el cabello de Elena acrecientan el orgasmo,
todo explota en su interior, un maravilloso orgasmo donde los fluidos calientes
se mezclan en uno solo, Alfredo no puede respirar, ella suplica que se quede
quieto, es demasiado lo que siente, ella llora de felicidad, quiere que ese momento se grave en su mente para siempre. Luego
viene el placer del silencio Elena poco a poco se recupera y lo mira a los ojos, Alfredo aun extasiado
no puede creer lo que ha vivido, besa los labios de Elena con ternura y pasa
sus dedos por sus ojos y recoge sus lagrimas
aun ella esta temblando, el la abraza con fuerza, le besa, la frente y
le pregunta tiernamente:
–¿Estás bien?- ella solo
le hace un gesto de afirmación con su rostro, le toca la espalda con sus dedos, se despega
de su piel, se viste ...El respeta su silencio.
Sin
pronunciar palabras se acerca al fuego encendido, Alfredo ya vestido se acerca a la ventana, un árbol iluminado
por la luna refleja la esperanza, de tenerla una vez mas, todo en ese ambiente
es magia.
-¿Un poco de café?- exclama
Elena y le sonríe tímida, mientras estira su mano con el jarro.el lo -recibe
mientras ella se acerca a su lado. Elena observa el paisaje junto a él y le
comenta..
En medio de este bosque, entre las montañas, una luz a lo
lejos es un hogar, no una simple casa con cuatro paredes y un techo, es un
hogar donde vive alguien sabes…-prosigue- una anciana, una mujer, un hermano, un
ermitaño, un fantasma, pero al final una persona igual que yo , que vive de un recuerdo, de
una sonrisa, una enseñanza la cual la motiva
y a través de ese árbol iluminado no pierde sus sueños, no pierde la esperanza…calla.
El corazón de Alfredo se ha puesto triste, no sabe que decir.. –Elena lo
mira y le dice - déjalo así.- .La vida
es una mariposa en el jardín, en el tuyo en el mío, ahora está aquí, revolotea
feliz, ha dejado que contemples sus colores, brillantes a la luz de un sol, más
tarde se ira a otro jardín, se depositara en algún otro rosal y brillara de nuevo como lo hizo
hoy. Alfredo extasiado de sus palabras solo escucha…
Elena continúa, cuantos quisieran atrapar a esta mariposa,
aprisionarla con alfileres para tenerla cerca, para siempre, por esos momentos de felicidad que te entrega con su brillo, sin
embargo yo me conformo simplemente con contemplarla, como viene, se va, algún
día se ira y no regresara ese día ya no
estaré aquí, ya no es necesario porque no habrá jardín. Termina sus palabras y
le muestra la salida.
Alfredo camina por
inercia, ella lo acompaña pero no le
coge la mano ni le da un beso, de pronto
Elena se acerca y le murmura ..Este será nuestro secreto,
debemos guardarlo para nosotros, te
gritaría que no te fueras pero no me perteneces, nadie debe saber que hoy bajo
el cielo de abril, ha llegado tu mariposa y al verla brillar, has vuelto a
nacer y te has sentido vivo tal vez cuando la lluvia caiga en el recodo
del camino volveremos a encontrarnos y juntos una vez más estar…
Alfredo la mira con ojos tristes de niño, toma aire en sus
pulmones, balbucea-No quiero
perturbar esta tarde, tan brillante, tan mágica, quiero que siga
así clara, serena transparente como tus ojos, yo tan solo soy un visitante, un viajero
detenido por un instante al que has dejado entrar a tu habitación tibia, aspire
tu aroma marcado por el compás de tu respiración.-
Y así fue, como en el silencio mudo fuimos amantes por un
segundo, y casi toco tus sueños, tus pensamientos, pero los dejo allí para que sigan siendo tuyos, continúo mi camino allá me espera la ciudad,
mi mundo, la rutina, más cuando llegue y me pregunten el porqué de la demora,
les explicare que estuve buscando un beso que se me extravió en la ruta, bajo la lluvia , tal vez no
vuelva a encontrarlo porque no recuerdo el camino.
LUNA CÓMPLICE